En el sistema energético del ser humano los chacras sirven de estaciones receptoras, transformadoras y distribuidoras de las diferentes frecuencias del prana. Absorben, directamente o a través de los nadis, las energías vitales de los cuerpos energéticos no materiales del hombre, de su entorno, del cosmos y de las fuentes que son el fundamento de cualquier manifestación, la transforman en las frecuencias que necesitan las distintas áreas del cuerpo físico o de los cuerpos inmateriales para su conservación y desarrollo, y la transmiten a través de los canales energéticos. Además, irradian energías al entorno. Mediante este sistema energético, el hombre efectúa un intercambio con las fuerzas que actúan en los diferentes planos del ser en su entorno, en el universo y en la base de la creación.
Los cuatro cuerpos energéticos son: el cuerpo etérico, el cuerpo emocional, el cuerpo mental y el cuerpo espiritual.
Se forma de nuevo en cada reencarnación y vuelve a disolverse en el plazo de tres a cuatro días después de su muerte física. Los cuerpos astral, mental y espiritual siguen existiendo después de la muerte y en cada nueva reeencarnación se unen otra vez al recién formado.
El cuerpo etérico atrae energías vitales del sol a través del chacra del plexo solar (tercer chacra) y energías vitales de la tierra a través de chacra basal (primer chacra). Las acumula y las conduce al cuerpo físico a través de los chacras y los nadis. Las dos formas de energía se encargan de mantener un equilibrio vivo en las células corporales.
Las plantas, árboles y flores también poseen una radiación energética semejante al aura etérica del ser humano. Así es que podemos utilizar su radiación para proporcionar energía a nuestra aura. Podemos apoyar nuestra espalda contra un árbol que nos atraiga dejando que la fuerza armonizadora y energética se transmita a nuestro interior.
También podemos tumbarnos en una pradera o campo repleto de flores y aromas y dejar que nos envuelvan, o también podemos tenerlas en un jarrón en nuestra casa, cerca de nosotros para que nos transmitan su energía activadora y armonizadora. Las plantas reaccionan a nuestro amor y agradecimiento aumentando aún más su fuerza de irradiación, pues una de sus misiones es la de ayudar de esa forma a las personas.
El cuerpo emocional
El cuerpo emocional (también llamado cuerpo astral), es el portador de nuestros sentimientos, emociones y cualidades de nuestro carácter y ocupa más o menos el mismo espacio que el cuerpo físico. Cuanto más desarrollada está una persona en la definición de sus sentimientos, simpatía y cualidades, más claro y transparente se manifestará su cuerpo emocional.
El aura del cuerpo emocional tiene forma ovalada. Las emociones se irradian en su aura correspondiente a través del cuerpo emocional a través de los chacras y en menor medida a través de los poros. Tiene un juego de colores irisados que cambian contantemente según nuestras emociones.
El cuerpo emocional es el cuerpo de los cuerpos no materiales que marca con más fuerza la visión del mundo. En él se hallan todas nuestras emociones no liberadas, las angustias, agresiones, la sensación de soledad, rechazo, autoconfianza, ec. Aquí es donde se realiza el principio de la atracción mútua. Las frecuencias energéticas que emitimos atraen vibraciones iguales y se unen a ellas.
El pesamiento consciente y los objetivos mentales del cuerpo mental, tienen poca influencia sobre el cuerpo emocional, que sigue sus propias leyes. El cuerpo mental puede dirigir el comportamiento hacia el exterior, pero no suprimir las estructuras emocionales inconscientes.
Una persona puede aspirar conscientemente al amor o éxito, e inconscientemente irradiar frecuencias energéticas contradictorias de celos y falta de autoconfianza que le impiden alcanzar su objetivo consciente. Las estructuras emocionales siguen existiendo a través de las diferentes encarnaciones siempre que no se liberen, ya que el cuerpo emocional perdura después de la muerte física y se une en la reencarnación con el nuevo cuerpo físico. Las experiencias no liberadas determinan las circunstancias de la nueva vida. Una vez hayamos comprendido vedaderamente estas relaciones, debemos dejar de considerarnos víctimas y de culpabilizar a terceras personas de nuestras debilidades y miserias. Aceptando nuestros propios fallos significará para nosotros una gran liberación, ya que entenderemos que nuestro destino está en nuestras propias manos y podremos comenzar a cambiar nuestra vida cambiando nosotros mismos.
La mayoria de estos nudos emocionales se encuentran en el tercer chacra (plexo solar). Si queremos percibir estas estructuras a través del entendimiento, debemos manifestarnos a través de la visión intuitiva del sexto chacra (tercer ojo). Pero aún así, no será una liberación total. La disolución de las estructuras emocionales sólo son posibles a través del cuerpo espiritual, que manifiesta la sabiduría, el amor y la bendición de nuestro yo superior, permitiendo al mismo tiempo conocer las relaciones interiores partiendo de la visión universal y holística de dicho yo. Este vínculo podemos establecerlo a través del chacra del corazón (cuarto chacra) y del chacra coronal (séptimo chacra).
En la terapia de los chacras es de vital importancia tener una actitud interior en la que afirmamos todas las experiencias y contenidos del cuerpo emocional y en la que contemplamos las imágenes y sensaciones que aparecen espontáneamente, sin rechazar o enjuiciar nada de ello, puesto que de esta forma nuestro yo superior puede asumir el mando e imbuir en todo nuestro ser las energías espirituales de nuestro cuerpo energético supremo.
Cuando las vibraciones de nuestro cuerpo espiritual se unen con las del cuerpo emocional y lo peneteran, ésta comienza a vibrar más rápidamente y empieza a expulsar las energías negativas. Con ello perdemos el recuerdo emocional de estas experiencias y podemos perdonarnos a nosotros mismos y a los demás.
A medida que aumenta la disolución de las estructuras estancadas, el cuerpo emocional comienza a irradiar profundos sentimientos de amor y alegría incondicional. El aura emocional luce con los colores más claros, intensos y transparentes, y los mesajes que emite al entorno atraen la felicidad y el amor. Una capacidad para atraer todo lo deseado es la consecuencia natural de un cuerpo emocional plenamente integrado que vibra con las frecuencias máximas que le son posibles.
El cuerpo mental
Los pensamientos e ideas y los conocimientos racionales e intuitivos, son portados por el cuerpo mental. Su aura es ovalada y su irradiación alcanza unos metros.
Al igual que el cuerpo emocional, el cuerpo mental también posee una octava mayor y una octava menor. Las frecuencias menores se manifiestan en el pensamiento lineal del entendimiento racional donde la mayoría de las personas buscan la verdad. Esta actividad racional se basa en las percepciones del plano físico.
A veces, debido a la influencia del cuerpo emocional y de sus estructuras emocionales no liberadas, las informaciones se distorsionan y el pensamiento se tiñe. Surgen esquemas mentales recurrentes a través de los cuales enjuiciamos los acontecimientos de nuestro mundo. Esto significa que el entendimiento racional no es ni mucho menos imparcial y objetivo. Los pensamientos que surgen en el cuerpo mental por esta vía giran en torno al bienestar e intereses personales. La auténtica función del cuerpo mental consiste en recoger las verdades universales que llegan del cuerpo emocional, integrarlas con el entendimiento racional, que las transfiere a las situaciones concretas y lleva a una solución del problema en consonancia con las leyes universales.
Los conocimientos que nos llegan del plano espiritual de nuestro ser se manifiestan en forma de intuiciones repentinas, a veces en forma de imágenes, a veces en forma de sonidos, etc. Estos nos permiten mirar al interior de la naturaleza de las cosas y tienen una estructura holográfica.
El acceso a la octava superior del cuerpo mental lo encontramos en la unión del chacra frontal (sexto chacra) con el chacra coronal (séptimo chacra). Si el cuerpo mental está plenamente desarrollado, se convierte en el espejo del cuerpo espiritual, y el hombre realiza en su vida la sabiduría y el conocimiento integral del yo superior.
El cuerpo espiritual
El cuerpo espiritual (o cuerpo causal) es el que mayor frecuencia de vibración posee de todos los cuerpos energéticos. En las personas que aún no han desarrollado el plano espiritual, se extiende junto con su aura sólo un metro alrededor de su cuerpo físico, pero en personas totalmente despiertas en el plano espiritual, su aura puede irradiarse hasta varios kilómetros de distancia. Si hemos tenido la oportunidad de estar cerca de un maestro espiritual, habremos observado como cambia la atmósfera a medida que nos alejamos de él, pues la luz, plenitud y amor que sentíamos estando cerca de él, pierde intensidad a medida que nos alejamos y salimos de su aura. Del cuerpo espiritual fluye la energía más radiante hacia el cuerpo emocional y el cuerpo etérico, aumentando las vibraciones de éstos, de forma que en su ámbito de acción correspondiente pueden encontrar su máxima forma de expresión. La fuerza con que podamos percibir, absorber y aprovechar esta energía, dependerá del desarrollo de nuestros chacras.
Fuente: El gran libro de los chacras
No hay comentarios:
Publicar un comentario