- Sus enseres de estudio y un mueble donde poder guardarlos.
- Incienso.
- Una vela de color amarillo.
- Aceite esecial de romero.
Encienda la barrita de incienso y aspire su perfume durante unos instantes mientras se concentra en lo que desea: atraer la concentración, la claridad i la inspiración a esta zona dedicada a estudio.
Imagine que el humo del incienso va disipando cualquier tipo de confusión o torpeza, dejando la habitación despejada y fresca. Dirija ahora el humo hacia su cuerpo. Diríjalo hacia su cabeza y cuello mientras repite: "Despejo así mi mente para poder pensar con claridad y mi lengua para poder decir la verdad". Deje que el humo vaya envolviendo todo su cuerpo a la vez que dice: "Limpio mi corazón para que se abra a la sabiduría y limpio mi estómago para tener coraje ante la verdad".
Vierta unas gotas del aceite de romero sobre la vela y enciéndala. Intente visualizar que la luz que irradia la llama peneetra profundamente en su mente, iluminando y fortaleciendo cada neurona de su cerebro, expandiendo si intelecto y abriendo nuevas zonas para el pensamiento y las ideas. Invoque la presencia del espíritu de la sabiduría. Aspire el perfume y sienta como su mente y corazón se calman y la mente se despeja. Imagine que la "iluminación" se propaga, llenando la habitación, desde su mente al exterior.
Disponga sus enseres de escritorio para tenerlos a disposición en cualquier momento. Tenga a mano el aceite de romero y, cuando crea que necesita un poco de rapidez mental, vierta unas gotas en un pañuelo y aspirelo.
Fuente: Rituales para cada día
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