EL EQUINOCCIO PRIMAVERAL 
Energía. De la misma manera que el mundo despierta a la vida, usted también puede hacerlo. Empiece el día con una Ducha Poderosa [ver post del dia 30 de diciembre de 2009 "Pequeños ejercicios para levantar el ánimo (I)]. Comience dándose un masaje con la esponja seca para estimular la circuación y termine con una ducha de agua fría. Ingiera muchos alimentos revitalizantes a lo largo del día para celebrar la nueva vida y para ayudar a estimular la fuerza vital en su interior. Tome frutas y verduras crudas en ensaladas o zumos, brotes de soja y semillas, yogur revitalizante con bífidus activo. Beba zumos frescos y mucha agua mineral, levantando previamente la copa o vaso hacia el sol y visualizando cómo la energía se derrama sobre ellos. Salga al exterior y entre en el mundo dándose un paseo a pie o en bicicleta, por la mañana o a la hora de comer. Vaya allí donde pueda ver flores y excuchar a los pájaros (un parque o jardín, o al campo si le resulta posible). Deténgase por unos instantes a sentir la vida latiendo en todo. Sienta como florece y se mantiene en todo sin esfuerzo y de manera profusa. Al atardecer, prepárese un Baño par el espíritu [ver post de 21 de enero de 2010 "Pequeños ejercicios para levantar el ánimo (V)] y añádale pétalos de flor de primavera al agua del baño. Báñese a la luz de las velas y visualice la luz y la energía de las flores fluyendo hacia usted. Inspire su aroma profundamente e imagine que le impregna con la claridad, la energía y el fulgor de la primavera. 
- Velas de color verde claro (tantas como guste)
- Lápiz y papel
- Una maceta y abono vegetal
- Un paquete de semillas.

Encienda las velas, escriba su nombre en el papel, dóblelo y sosténgalo en sus manos. A la luz clara y serena de las velas, siéntese y reflexione sobre su vida y sobre la nueva vida que estalla a su alrededor. Remomere estos plácidos momentos que pasó entre las flores y el canto de los pájaros, sintiendo este estallido de abundancia espontánea y floreciente de la vida. Cierre los ojos y visualícese como una oruga. Imagine que, lentamente, se convierte en una crisálida antes de romper la apretada envoltura y convertirse en una mariposa. Estire sus alas y sienta sobre ellas el calor del sol. Pruebe sus alas y dese cuenta de que puede superar cualquier obstáculo o dificultad. Entierre el papel con su nombre escrito en él en la maceta y plante las semillas encima. A medida que las plantas florezcan, usted también florecerá, natural y fácilmente.
Fuente: Rituales para cada día



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